MANILA

ESCALERA CIRCULO ECUESTRE BARCELONA

Gracias a @circulo_ecuestre y @galeriasenda por la oportunidad de realizar este proyecto en un espacio tan emblemático.

He titulado esta obra “Manila”.

Los barceloneses somos lo que somos: algunos nacimos aquí, otros llegamos desde lejos. Mi abuelo materno nació en Brasil, mi familia paterna viene de Blanes. Barcelona se construye precisamente en esa suma de trayectorias, de orígenes diversos, de biografías que se superponen como capas de pintura sobre un mismo muro.

“Manila” nace de esa conciencia de mezcla. La obra se despliega a lo largo de una escalera de cinco plantas, acompañando el gesto cotidiano de subir y bajar. Cada rellano, cada fragmento de pared pintada, funciona como una estación de este viaje de raíces. Las líneas y formas que recorren la escalera no buscan ilustrar una narración literal, sino condensar la sensación de desplazamiento, de tránsito, de un origen que nunca es único ni fijo, sino múltiple y en movimiento.

El edificio del Círculo Ecuestre tiene sus raíces en Manila, Filipinas. Partiendo de esta historia, la pieza propone un diálogo entre ese pasado lejano y la Barcelona actual: una ciudad que se reconoce heredera de muchas geografías y que se sigue escribiendo con acentos distintos. Las paredes pintadas se convierten así en una especie de cartografía emocional, donde las raíces no aparecen como algo enterrado, sino como líneas visibles que ascienden, se entrecruzan y se abren en diferentes direcciones.

Con esta intervención he querido reconocer y celebrar la riqueza que llega desde otros rincones del mundo para integrarse y florecer en nuestra ciudad. “Manila” es, en ese sentido, un homenaje silencioso a todas esas historias que se cruzan en las escaleras de Barcelona, recordándonos que la ciudad no es una identidad cerrada, sino una conversación continua entre tiempos, lugares y personas.